martes, 22 de enero de 2008

Una moneda

Hay días en que camino por la calle y me dan rabia algunas cosas que veo; me da rabia ver un bebé harapiento en un cochecito totalmente en mal estado debajo de una palmera, llorando, buscando a su mamá; y luego veo a la madre, harapienta, lavando los parabrisas de los autos que se detienen con el semáforo en una esquina a cambio de una moneda; ella tiene una una botella llena de quién sabe qué en una mano y en la otra un aparato con goma seca vidrios. Luego pienso en que ese bebé que llora bajo la palemra, con hambre, sueño, calor, con los pañales sin cambiar y posiblemente el poto cocido al mezclar esos elemntos, al menos tiene una madre que trabaja para él... y que si está ahí, no es porque la madre lo quiera tener en malas condiciones, sino porque la madre no encontró con quien dejarlo y debió llevarlo a su "trabajo".

Sigo caminando y me encuentro a un señor en la salida del metro Escuela Militar, lo reconozco, pues todos los días lo veo; y me da rabia pensar en su situación; me da rabia conmigo misma, pues en un momento pienso en darle una moneda y me arrepiento.

Por qué debo darle una moneda, por qué no le doy más que eso, llegaré a mi casa y compraré una cajetilla de cigarros, es posible que el calor me esté matando de sed y deba comprarme un Gatored sabor limón (bebida energizante e hidratante) para capiar la fatiga; hoy me pagan e iré a cancelar mis cuentas a falabella y obviamente pensaré al menos en comprarme algo de paso, quizás quiera unas nuevas zapatillas, quizás nada me convenza, pero aún así habré pensado en gastar dinero en MÍ. Luego pienso en todo lo que gasto; compré mi entrada para ir al velódromo el domingo recién pasado al crush power music (que a todo esto fue filiete de primer corte), gasté también sus buenos pesos yendo a festejar esa noche de recital con unos amigos que hice ahí en medio de saltos y gritos, para acostarme a las 6 de la mañana y al otro día darme el gusto de tener caña y avisar a mi pega que no iría a trabajar hasta el siguiente turno.
La semana pasada gasté para subirle el ánimo a una amiga... desde la salida del trabajo caminamos buscando un lugar y terminamos en el "entre latas light" subidas de tono y hablando d nuestras vidas....
Entonces pienso.... me di el gusto de gastar en webadas y de comprarme un bien necesario en mi vida (pero no indispensable) en 250 lukas y quiero darle una moneda al viejito de la escalera del metro.... ¿Qué mierda de persona soy? Me dirigí a comprarle una bebida, algo pa llenar el estómago y unos pesos pal bolsillo; pero aun así no me pude quitar aquella sensación sobre mi persona.

Yo llego a mi casa y sé que en el refrigerador mi nana (que va 3 días a la semana) dejó comida hecha, llegar y calentar (no como en las noches, pero sé que está ahí); subo al segundo piso, mi cuarto está más ordenado de lo que lo dejé en la mañana, mi desorden perfectamente apilado en un lugar cerca de mi clóset; tengo un pc en el cual escucho música, veo películas, trabajo, entro a internerd; tengo un televisor que aunque viejo, aún sirve para al menos ver mi teleserie (porque claro que tengo tiempo pa ver estupideces). Me acuesto en mi cama, confortable y ordenada y veo que mi nana además de limpiar mi cuarto cambió las sábanas; Me saco toda la ropa (duermo en pelotillehue) y me pongo, mientras, esa polera de hombre que me queda como vestidito. Enciendo el computador y me conecto. En ese moemento se vienen a mi mente el bebé y el viejito del metro. Otra vez esa sensación se apodera de mí; me veo en medio de grandes comodidades (a los ojos de esa madre y de ese señor) no puedo evitar sentirme mal...

¿? Cómo dormirá esa señora con su bebé, tendrán hambre, su cama será solo un colchón de espuma tirado en el piso, ella quizás entregue ese dinero a un marido borracho que le pega si no lo hace. Qué ocurre en la vida de esa señora y el hijo.

y el señor del metro... ¿? tendrá un hogar donde vivir, vivirá bajo un techo de plástico amarrado en alguna pared, tendrá ganas de tomarse un café en la noche, habrá comido.

Ya no puedo dormir, abrazo a mi ALF de peluche y lloro. Hoy me siento mal.

3 comentarios:

Nada dijo...

Esa sensación de impotencia frente a los que lo pasan peor que uno siempre está, independiente de lo que se haga siempre será insuficiente…
Hace tiempo, cerca de mi trabajo había una señora que dormía en la calle, de día lo disimulaba porque tenía una maleta con sus cosas y se sentaba en un banco a mirar a la gente pasar, ella no pedía nada pero se notaba su situación, entonces cuando iba al "castaño" a comprarme algo para almorzar, le compraba algo para que almorzara ella, nada mucho un sándwich y un jugo todo en una bolsita de papel; se lo pasaba rapidito y me iba…quizás era una tontera pero la señora se alegraba y creo que le hizo pasar una milésima de segundo más agradable


Saludos

Unknown dijo...

¿Sabés qué?

No está mal. Sentirse así es el primer paso. Pero sentirse así es sentirse comprometido con los problemas, no culpable. La culpa de estos males suelen estar repartidas "más arriba".
No dejemos que no sean ajenas, y empujemos "más arriba".

Caí por acá y me dejé llevar por tu relato. En fin, todavía queda gente con visión de gente.

Gracias.

Pd: Odio poner la verificación de palabra!!!

danniella_la_lokera dijo...

tengo activada la verificación de la palabra????


:S como se kita?